Los sistemas
de control de tracción (TCS,
ASR… sus siglas dependen del fabricante) tienen como finalidad principal el evitar
que las ruedas motrices patinen cuando iniciamos la marcha o bien en
determinadas situaciones -como curvas muy cerradas- en las que un exceso de
potencia transmitida a la rueda puede provocar un deslizamiento del neumático.
Los
primeros sistemas de control de tracción provienen del mundo del ferrocarril.
Una rueda de acero y una vía del mismo material no poseen demasiada adherencia.
Además, la potencia de las locomotoras es enorme, de forma que es fácil que
pierdan motricidad. En los dispositivos iniciales, una aceleración súbita de
las ruedas de tracción hacía saltar una alarma para que el maquinista accionase
el arenero(un pequeño
depósito de arena con una trampilla delante de las ruedas de tracción) y dejase
caer arena sobre la vía, aumentando así la adherencia de la llanta de acero
sobre el carril.
Cómo funciona el control de tracción:
En
este caso, entran en juego los sensores de giro de las ruedas que emplea el ABS y,
además, el sensor de posición del acelerador (y el del acelerador y mariposa,
en los motores de gasolina). Los de las ruedas detectan si una o varias giran
más rápido que las otras, y el sensor de pedal del acelerador indica a la
unidad de mando que es debido a un exceso de “gas”. Aquí tenemos dos supuestos:
Lo
más normal es que sea una de las ruedas la que empiece a patinar, bien porque
estamos trazando una curva y la cubierta interior pierde adherencia al
transferirse peso a la exterior o bien porque estemos sobre la pintura de un
paso de cebra, etc. En este caso, el control de tracción primero intenta frenar
la rueda que patina aplicando el freno sobre ella y provocando una especie de efecto de diferencial autoblocante.
Si con la acción del freno no es suficiente para corregirlo, se activa la
segunda fase, en la cual reduce la potencia del motor cortando el acelerador, por más que el
conductor siga insistiendo con el pie derecho. Es conveniente darse cuenta de
que, en este caso, los frenos se calientan bastante.
Por seguridad, para evitar que el coche se quede sin frenos por fadding (pérdida total de la capacidad de
frenada por exceso de temperatura), la mayoría de los sistemas de control de
tracción se desactivan cuando se abusa demasiado de ellos.
Si las dos ruedas del mismo eje patinan por un exceso de acelerador, directamente se activa la fase dos, reduciendo el suministro de combustible al motor.
Si las dos ruedas del mismo eje patinan por un exceso de acelerador, directamente se activa la fase dos, reduciendo el suministro de combustible al motor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario